domingo, 26 de agosto de 2012

DESPEDIDA

De pie en la orilla de la playa, ante un esplendoroso mar, verde, azul, transparente, oscuro, accesible, profundo, juguetón, acechante.. que se extiende por toda la faz de la tierra, hoy he venido a lavar mi tristeza, Junto mis manos para recoge agua y empaparme, pero veo cómo se escurre entre mis dedos, por más que los apriete el líquido se va y mis manos quedan vacías.  Igual que te fuiste tú y me quedé sin nada.

No, no… eso no es verdad.  Mis manos aún están húmedas, con diminutas gotas que se quedaron que al absorberlas mi cuerpo, formarán parte de mí.  Al igual que los recuerdos que siempre guardaré de tu paso por mi existencia.

Hace tan poco que llegaste, que te tuve en mis brazos y te cuidé.  Poco a poco te enseñé lo que sé y poco a poco te fuiste volviendo lo más importante para mí.  Creyendo siempre que el día de tu partida estaba muy lejano.  Al sentir esa amenaza, siempre me decía “para qué penar en eso, si falta mucho”.  Pero, sabiendo en lo más interno, que todos los ciclos se cierran.

Y de pronto ¡sucedió!  Te vas por otro rumbo, a seguir tus ilusiones, a enfrentarte con el dragón de las cinco cabezas, aunque al principio te parecerán mil.  Tienes el coraje y la fuerza necesaria para vencer y, sobre todo, llevas dentro de ti un gran amor a toda la creación.

¡Cuántas cosas nos faltaron por hacer!  ¡Cuántas otras nos faltaron por vivir!  ¡Qué rápido se fueron los años!  ¡Y qué terrible no poder regresarlos!

Vuela pajarillo, extiende tus alas y conquista los remotos cielos.  Me queda la felicidad de haberte dado todos los elementos para templarte invencible como el mejor acero.  Tus logros serán mis logros.  Los recuerdos llenarán mi vida, como estas gotitas que desaparecieron ya de mis manos, pero viven dentro de mí.  Y vendré cada mañana a empaparme de este inmenso mar, que ahora se me antoja como las lágrimas que llevo dentro, aunque en realidad son la cantidad de recuerdos que conforman la vida de todos, que muchos desechan y otros tratan de olvidar.

Yo no quiero olvidar, vendré todos los días a refrescar mi memoria, para sentirte junto a mí y juntas volvamos a admirar los atardeceres y las nubes.  Esas nubes que mi madre me enseñó a contemplar y en las que está presente…. y ahora, también estarás tú.  Te prometo que me sentiré feliz y platicaremos, nos comunicaremos en silencio ante cada manifestación divina de la naturaleza y gozaré sabiendo que tu destino será glorioso.

             < < < < < - - - - - > > > > >         1989


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