lunes, 26 de marzo de 2012

RUMBO AL SOL

Aquel viaje lo había postergado ya muchas veces.  Por fin,  decidida sacó la maleta grande, porque había decidido que sólo una llevaría.  Tendría que seleccionar muy bien lo que iría metiendo en ella, ya que  40 años de vida sólo caben en el propio interior.

De ropa se llevaría cuatro vestidos, tres pantalones, cinco blusas... de todos sus hermosos sweaters había que decidirse tan sólo por uno o dos.  De los 15 pares de zapatos, escogió dos.  Al ver los muchos collares, pulseras, aretes, que había ido adquiriendo se le hizo un nudo en la garganta;  eran tantos y cada uno le traía recuerdos, vivencias, amores – pero no podía llevárselos todos y decidir cuáles sí y cuáles no era tan doloroso  Era como abandonar pedacitos de ella misma.

Dejó para el último su secretaire, porque sabía todo lo había en él.  Pero no podía evitarlo, ahí estaban los documentos que necesitaba, pero también  muchos recuerdos recolectados a través de su vida, pues de todas partes siempre guardaba algo, aunque pareciera insignificante.  ¡Lo más difícil serían las fotos!  No cargaría con el álbum completo - estaba muy gordo.  Escogería algunas de aquellas navidades, cuando se reunía la familia completa;  se topó con la foto de su primer novio, y mientras la miraba el tiempo desapareció – iban  nuevamente caminando agarrados de la mano rumbo a la heladería, cuando él recibía su mesada y podían darse ese gusto.  Suspiró hondo.  ¡Cuántos giros da la vida! se dijo.  Guardó también una de su padre , otra de su madre y una más, de sus hermanos .

Pero dónde guardaría el sabor del bacalao y el olor del pino, la dulzura de los abrazos, las cosquillas de alegría que  la sidra le provocaba, la emoción de los regalos?  Se llevó una foto de sus XV años y una flor seca, pero no hubo lugar para las risas y los nervios  de bailar el vals preparado durante varias semanas antes y la tremenda desilusión del padre que no llegó a compartir con ella la dicha de ser la reina de la fiesta.  Por ahí apareció el balero de mamá, tan sonoro con los estoperoles que ella le puso, el yoyo y las canicas, junto con las muñecas de papel que tanto se entretenían recortándolas, cuando era niña.  Cada boleto, las cartas, el llavero musical... encerraban tantos, tantos momentos que se desgranaron dentro de ella con la fuerza de una compuerta abierta y desbordó por sus ojos.
 
Pero no había tiempo para melancolías.  Buscó en su interior el coraje  necesario para seguir adelante con su decisión.  Cerró intempestivamente la maleta, después de secarse los ojos.  No quería llevarse ninguna amargura, ni siquiera la mínima sal de esas lágrimas tan hondamente tristes.  Todo eso quedaría ahí, en los muros, en los cristales, en todas las cosas que abandonaba, hasta en el aire de aquella casa que la cobijó y que ella cuidó con tesón y orgullo durante tantos años. 

Sin pensarlo más, cargó con su maleta, tomó la bolsa y salió de la casa.  Al subir al taxi  notó cómo su cuerpo vibraba por dentro. Sin embargo, no volteó a decirle adiós  a ese espacio que tanto amaba.  Ahora sólo había que ver hacia delante, hacia el futuro desconocido, pero por lo mismo, lleno de posibilidades.

                    < < < < < - - - - - > > > > >            1990

sábado, 10 de marzo de 2012

PARTO GALÁCTICO

Una llamada sonó en el lóbulo  frontal izquierdo de su cabeza, a las cuatro de la madrugada.  Con gran modorra preguntó mentalmente ¿qué es tan urgente?  Sabía quién estaba llamando, ya que sólo el jefe de sus más cercanos asistentes tenía el código nocturno.  “Capitán, tiene que ver el canal del satélite 385, están transmitiendo algo ¡maravilloso!  Capitán, por favor no se duerma, es algo que apoya definitivamente su teoría, por la que ha luchado tantos años”.      Como resorte, Braulio saltó de la cama y fue hasta la sala .

 Chasqueó los dedos y se encendió la pantalla  colocada en una de las paredes. Una enorme nebulosa la cubría casi toda.  Podían verse claramente varias constelaciones, que según el informe de los científicos se habían ido descubriendo conforme los  telescopios , métodos de radar, sondas espaciales, etc.  iban siendo más sofisticados cada vez.

“... parece ser que nos estamos acercando a una nebulosa.  Según el reporte que acabamos de recibir, la imagen será un 25% más nítida en pocas semanas y podrá ser vista con simples telelentes....  Este es un momento grandioso, señoras y señores.  Ustedes, como nosotros, deben tener mil preguntas golpeándoles la cabeza en este instante:  ¿la comunidad científica desde cuándo lo sabe?  ¿por qué no se ha informado a la ciudadanía de lo que está ocurriendo?  Entonces, ¿la teoría del Dr. Braulio Ornelas, que se trató de opacar, cuando dijo que nosotros vamos hacia la nebulosa, es cierta?  ¿O lo que dijo el general Conelo Lemotif que afirmó que la nebulosa viene a nosotros?  O a la mejor, ninguno de los dos.  Estaremos pendientes de las opiniones que nos darán hoy mismo un grupo de científicos a quienes entrevistaremos......

Con otro chasquido la imagen desapareció.  Había permanecido de pie escuchando la transmisión, absorto en la espléndida imagen que brillaba nítidamente en la enorme pantalla.  Se dejó caer en un sillón. “Al fin se comprobará que tengo razón.  Lo sé.  Siempre he sabido que vine a develar la oscuridad, a señalar el camino para salir de este pozo negro.  Es algo que siempre he sabido... aquí dentro.  Ahora tendrán que creerme”.

Los científicos de todo el planeta se reunían en conferencias interminables, ya que la evidencia era irrefutable.  La galaxia  entera iba hacia ‘una salida’, donde imperaba una claridad constante.  Sería como el encontrar la salida de una cueva.  El Dr. Ornelas, ahora avalado por muchos otros, sostenía que la extinción de los dinosaurios  y la glaciación por el cambio en el eje magnético,  se habían producido por el tremendo impacto sufrido al caer en un agujero negro.  En aquel momento todos se burlaron de él.

El impacto entre el gran público fue tremendo y ya no se podía seguir ocultando lo que sucedía por más tiempo.  Los titulares de periódicos y revistas eran alarmantes:  Hemos vivido dentro de un agujero negro por miles de años;  estamos saliendo de un agujero negro ¿hacía dónde?  ¿nos esperan nuevas catástrofes al salir?  Nadie puede decir qué pasará dentro de esa hermosa luz...  El punto de mayor controversia era la teoría que había existido de que en el interior de un hoyo negro, lo que cae se desintegra.  Pero ellos que habían vivido en una eterna media luz, sabían que las partículas cuánticas se re-aglutinan y todo continua.  ¿Sería en ese punto dónde quedó el eslabón perdido?  Aunque muchas cosas y seres, cuyos fósiles se encontraron, no habían logrado superarlo,  era evidente que otros sí. ¿Sería por la selección natural del más fuerte? Aunque ahora  la gran incógnita era si pasaría lo mismo al salir. ¿Quiénes sobrevivirán ante el fuerte cambio de vibración que debe existir de uno y otro lado?

Durante los cinco años siguientes no se dio mayor información que escuetas notas sobre simples hipótesis de que todo sería más hermoso.  Como las masas no tenían acceso a la sofisticada maquinaria de investigación, ni el conocimiento para manejarla, aceptaban los reportes noticiosos conscientes de que ni los científicos sabían qué pasaría en realidad.  Por ello se fueron formando grupos por doquier, que crecieron poco a poco, de personas que deseaban saber más.  Era gente interesada en el crecimiento de la humanidad. Desde treinta años atrás conocían la teoría de que el sistema solar entraría a una zona de mayor intensidad vibratoria, llamada el “cinturón de fotones”, lo que produciría un salto cuántico a otra dimensión.  El inició sería revelado por tres días de oscuridad total, durante los cuales la actividad sería nula permitiendo a los organismos modificar la estructura del ADN.  Los sobrevivientes empezarían una nueva raza, otra forma de vida.

Ahora se trataba de toda la vía láctea que sería “vomitada” de un agujero negro.  Y conforme se acercaban a la boca, podía sentirse que la energía corría más de prisa.  Las personas sensibles podían percibirlo en alteraciones constantes de humor, falta de sueño o de apetito, angustia súbita, cansancio, etc. El gobierno se mantenía en silencio para evitar el pánico lo que generaba más confusión.

Cuando las primeras noticias sobre la banda de fotones se propagaron, diversos grupos se pusieron a trabajar. Los millonarios construyeron bunkers, los místicos se refugiaron en el aislamiento, los dirigentes sociales y religiosos trataron de mantener desinformados a la mayoría “por su propia seguridad”.  De la misma manera se fue esparciendo información sobre la nueva situación que enfrentarían.  Aunque nadie sabía bien lo que ocurriría.  ¿Podrían soportar una velocidad cada vez mayor?  ¿Hasta dónde serían lanzados?  ¿Al traspasar la boca del hoyo negro se desintegrarían?

El 21 de diciembre del 3011 empezó la cuenta regresiva y la mayor parte de la población mundial estaba sobrecogida en una mezcla de desesperación e impotencia.  Se incrementaron los suicidios, el vandalismo, los accidentes de todo tipo, la deserción de escuelas y empleos.  Las finanzas se desplomaron, las fábricas bajaron su producción y muchas cerraron.  Ya nadie encontraba la razón para seguir adelante, luchando por un futuro, si nadie podía asegurarles lo que pasaría el próximo equinoccio de invierno.  Por otra parte, las familias se unieron, las amistades se estrecharon, los templos del mundo entero volvieron a llenarse,  los jerarcas se quedaron sin tener a quien mandar, las ambiciones se desmoronaron.  La gran red de información mundial sirvió para informar con los mayores datos disponibles, sobre la forma de enfrentar el cataclismo al que se acercaban sin remedio.

Y el día que tenía que llegar, llegó.  Las calles vacías, ningún ruido se escuchaba, el silencio era aplastante.  Los animales se refugiaron en sus madrigueras.  La gente cerró puertas y ventanas, provistos de gruesas cobijas, agua, fruta y verduras a mano.  La creciente velocidad del viento, incomparable al peor huracán, indicó la proximidad del momento.  Cerraron los ojos y elevaron sus plegarias a los dioses por ver de nuevo la luz del sol.

Al pasar por la boca del hoyo negro la cortina de energía “exprimió” a cada planeta que iba pasando.  Hubo erupciones, terremotos, deslaves, ríos desbordados, playas succionadas por el mar, los muros de muchas casas crujieron y cayeron.  En pocas horas el planeta estaba desfigurado. 

Sin embargo, al traspasar la boca, contrariamente a lo especulado, en vez de continuar a la misma velocidad o quizá mayor,  todo cambió.  Cada planeta flotaba apaciblemente en su lugar dentro del sistema solar y cada constelación seguía en su respectivo sitio.  Una constante claridad iluminó a cada integrante de la galaxia entera, que ahora se movía en el sentido de las manecillas del reloj.  Después de varias horas, el canto de algunos pájaros anunció la calma.  Aquellos que sobrevivieron fueron saliendo de entre las ruinas, para enfrentar la devastación de la naturaleza, con el espanto reflejado en sus ojos ante la posibilidad de ser los únicos, ya que sólo veían ruinas alrededor.  Poco a poco fueron encontrando a otros, se unieron, rehabilitaron espacios y los compartieron.  Igualmente buscaron víveres, se dividieron tareas, entre las que se dedicaban a buscar sobrevivientes.  Los muertos estaban secos, así que los dejaron bajo los escombros.

No faltaron las personas que se habían puesto a estudiar las plantas y cómo cultivarlas.  Salvaron muchos árboles caídos y replantaron muchos frutales.  Aquí y allá encontraron buenas dotaciones de semillas.  Sus cuerpos se habían vuelto más ligeros y casi no pisaban la tierra al caminar.  Aunque trabajaran todo el día no se cansaban, dormían pocas horas.  La luz los alumbraba continuamente.  Una luz que los alentaba a olvidar el pasado y vivir en el eterno hoy. 

                 < < < < < - - - - - > > > > >                   2004

sábado, 3 de marzo de 2012

INOCENCIA

Estaba radiante y llena de ilusiones.  Su cuerpecito cubierto por un primoroso vestido blanco que le hizo su madre: la falda con olanes de encaje y el talle de organza, con el frente alforzado, botoncitos de perla y mangas largas.  Hasta su ropa interior era blanca y nueva.

Llegó a la iglesia donde sus demás compañeras del colegio se apiñaban, nerviosas también, en la puerta de la iglesia, antes de entrar.  Los padres y familiares ya estaban en el interior para contemplar la entrada de todas aquellas caritas radiantes, llenas de alegría que recibirían el Cuerpo de Cristo por primera vez.  La maestra catequista, formaba la fila de dos en dos para iniciar la marcha.  Desde que esta maestra les dijo que ‘cualquier cosa que pidieran a Dios en el momento de la comunión, les sería concedido’,  en su corazón comenzó a anidar la ilusión más grande de su vida.

La Parroquia de San Vicente lucía llena de flores, alfombra roja, olor a incienso y el coro cantando.  Todas las miradas complacientes y orgullosas estaban fijas en las chiquillas.  El gran momento llegó al sentir en su lengua la hostia sacramental, que mantuvo en la lengua para remojarla y poderla tragar, ya que les advirtieron: ‘no la vayan a masticar, sería como masticar a Dios’.  Sus ojos inocentes se alzaron al nicho central y de su pecho salió una petición llena de convicción y ansiedad, de una inmensa necesidad:  Diosito sólo te pido que regrese mi papá con nosotras.

Pasaron los años y Anita seguía esperando que el milagro se realizara en alguna de las visitas anuales que les hacía el padre.  Al llegar a la adolescencia ella lo empezó a visitar, para acercarse  y convivir con él, buscando... esperando siempre el chasquido cuando revienta  la burbuja que contiene el sueño anhelado.    Esos años la ayudaron a conocer a aquel extraño por quien su madre le había sembrado un gran cariño, pese a que las abandonó siendo ella muy pequeña.

Durante las cortas y esporádicas convivencias, Ana se fue dando cuenta del carácter déspota de su ídolo, lo que hizo que poco a poco la imagen que soñó encontrar se fuera difuminando, y en su lugar se reveló un hombre prepotente y carente de amor.  Las visitas de Ana se fueron espaciando, ya que siempre volvía con las manos vacías y el corazón desolado. 

Un día que caminaba sin rumbo, cavilando sobre las teorías de Fromm: el amor del padre se puede conseguir, conquistar – ¿se había equivocado Fromm o ella?   Un coro de niños que cantaban dentro de la iglesia, frente al parque donde se encontraba, la sacó de sus pensamientos.  Hacía tanto tiempo que no entraba a una iglesia, sentía que Dios también le había fallado.  Sin embargo, algo la impulsó a entrar.  En el altar había tres niñas haciendo su Primera Comunión.  Todo el ambiente la regresó al instante en que ella estuvo hincada ante otro altar con el corazón lleno de esperanza y una imploración cargada de doloroso anhelo .  El olor de las velas la mareó, igual que entonces.

Recordó las estúpidas palabras de la maestra de catecismo, que en su inocencia infantil creyó y la hicieron dudar del amor divino tantos años.  Aquella ilusión tan deseada se fue transformando en frustración, hasta convertirse en polvo.  Pero en ese vacío encontró la verdad.  Esta vez, como aquel día, levantó sus negros ojos al altar y siguieron más arriba, hasta la bóveda azul cuajada de estrellas.  Por sus mejillas escurrieron lágrimas de arrepentimiento por tanta ignorancia, mientras  una serena sonrisa se iba dibujando en su rostro dándole gracias a Dios, por darse cuenta que Él la amaba tanto, que en su infinita sabiduría, había ignorado aquella petición, pues llegaría el día en que ella comprendería.

                    < < < < < - - - - - > > > > >                  1991