domingo, 20 de enero de 2013

UN VERDADERO SEGURO DE VIDA (1a.parte)

En el Paseo de la Reforma se erguían los 28 pisos del Edificio Premier,  todos cubiertos por cristales ahumados, antibalas.   En el piso once se encuentran las oficinas de Ciclón, que aquella mañana recibía a un grupo de distinguidas personas para una conferencia, como se venía haciendo  sólo dos veces por mes, desde hacía tiempo.   Aunque cada día había más solicitudes de personas interesadas en sus productos.

-  Muy buenos días, damas y caballeros.  Sé que están muy ansiosos por conocer nuestros planes y proyectos para asegurarles, repito, para asegurarles  que su vida será muy larga y, sobre todo, en completa salud, para disfrutarla.  Sólo es necesario tomar unas cuantas células de su piel – lo que no dejará ninguna cicatriz – de las que se obtiene su “gemelo”, totalmente idéntico, por lo que sus  órganos serán compatibles con ustedes.  Así que cuando se presente la necesidad de hacer un cambio, podrá hacerse de inmediato.  -  Aníbal recorrió, sonriente, las caras de la audiencia.  Se ajustó, sin necesidad, la corbata verde con el emblema de la empresa.  – Creo que algunos querrán hacer preguntas.  Adelante, con gusto les aclararé cualquier duda

Una mujer, de mediana edad, cara mofletuda, con voz chillona alzó su mano  regordeta.  – Pudiera ser que… si yo ahora tengo un problema, pero de pronto se presenta algo… diferente.  ¿Qué harían ustedes?

 - Su  “gemela” tendrá a su disposición todos los órganos que requiera.  Así que, digamos que usted padece del riñón y se atrofia el colon… pues se atiende ese problema.

Un caballero alto y delgado, de pelo cano, alzó la mano. – Si se le quita el colón al “gemelo” no podrá seguir… viviendo para cuando se necesite el riñón.  ¿No es así?

-  Por supuesto, ese gemelo ya no sirve.  Por lo que al trasplantar el colon se toman muestras para crear otro, con lo que se asegurará que usted seguirá teniendo a su disposición el órgano que  originalmente necesitaba.

Un hombre relativamente joven, de tipo atlético, se enderezó en su asiento. – O sea que, aunque venga por un riñón, ustedes van cambiando lo que se descomponga en el inter de que el riñón explote ¿Y sería por la misma cantidad? -  Su cara sonreía entre divertido y expectante.

-   Bueno, no pensamos cambiar diez órganos antes de llegar con el que los trajo aquí.  Para tomar el seguro, ustedes  deberán hacerse una serie de análisis, a fin de comprobar el estado actual de su cuerpo en conjunto.  También se les practicará un estudio sobre su ADN para conocer las posibilidades que tienen  hacia otras deficiencias orgánicas.  Así sabremos con seguridad cuál es el problema principal y cuáles los posibles.  Por el costo inicial se cubre hasta tres trasplantes.   Pero en caso de que se llegara a presentar otro más,  se requerirá un 25% del pago inicial.

Para Aníbal  aquellas pláticas le complacían mucho, aunque repitiera más o menos lo mismo.  Se divertía ver los cambios de expresión que se iban sucediendo en esos pobres millonarios, temerosos de morir o de volverse viejos.  Eran capaces de pagar lo que fuera, menos cambiar sus hábitos, para vivir una vida plena y saludable.  Aníbal había cumplido los cuarenta y se mantenía esbelto, hacía ejercicio todos los días y cuidaba mucho su dieta.  Practicaba el silencio y la convivencia consigo mismo.  Dos veces al mes tomaba dos días de descanso y volaba a la playa o se recluía en la montaña.  Se rehusaba llegar a tener un “molok” como se les nombraba en la empresa.  Sentía horror hacia esas criaturas.

-  O sea que, ingresando aquí podemos vivir 200 años… -  El comentario lo regresó a la sala de juntas.

- Y podrían ser muchos más, ya que la tecnología traerá más soluciones  día con día y en 20 años… habrá cosas que no podemos siquiera imaginar.

- ¿Y esos “gemelos”  hasta que punto crecen?  ¿Los matan tranquilamente?  La voz provenía de un hombre delgado de escaza estatura, que se había levantado.  Su rostro de finas líneas denotaba un aire intelectual.  – Podría decirme si estas criaturas llegan a ser personas desarrolladas.  De ser así, al quitarles un órgano vital, para pasarlo a nosotros,  dejan de existir. -     A pesar de su voz calmada se denotaba su preocupación  por un posible crimen.

-  Nada de eso Sr….  -  Leyó la lista que tenía frente a si. - … Lamartine. No se preocupe que no estamos asesinando a nadie.  -  Esbozó una amplia sonrisa verdadera, estaba tan acostumbrado a esos remordimientos ocultos y a decir todas las mentiras necesarias para tranquilizar a los clientes y que no volaran.    – Los gemelos sólo crecen hasta tener sus órganos completos y bien desarrollados.  Así se conservan hasta llegado el momento de serles útiles.  Nunca llegan a ser personas.

-  Sr. Fonseca  - Levantó la mano una mujer en sus treintas, delgada, cuya cabellera rojiza caía sobre sus hombros. -  Sería posible… hacer algo para poder tener hijos? -  Su voz trataba de aparentar firmeza pero había algo de inseguridad.

-  Naturalmente, Sra. Font.  En estos casos tenemos dos alternativas: mezclar las células de su marido y usted y crear un resultado – niño o niña, como deseen – pudiendo escoger que tenga el verde de sus ojos, por ejemplo, la estatura, complexión, etc. Que crecería totalmente fuera de usted.  La otra opción es un cambio de matriz.   Es decir, se toma la matriz de la gemela sin que haya necesidad de reemplazarla, y en el transcurso de un año que estaría usted bajo nuestra vigilancia, tendrá una matriz adulta capaz de procrear.  La naturaleza hará el resto.  -  Sonrío e inclinó la cabeza hacia la bella dama.

-  Sr. Fonseca, a mí no me queda claro eso de que pagamos $50 ME por dos o tres posibilidades de cambio y si aparece una cuarta hay que pagar $12.5 millones más!  -  Preguntó en tono áspero un tipo alto, fornido, con traje bien cortado y botas de fina piel, igual al ancho cinturón que ostentaba una hebilla de oro.

-  Le voy a aclarar con mucho gusto,  Sr. Hughes.  Con las pruebas de ADN se detectan las principales tendencias naturales,  que nunca son más de dos o tres, que podrían convertirse en una enfermedad terminal.  Pero, supongamos, que en el inter la persona sufre un revés económico… o sentimental y se pega a la botella día y noche, hasta que se daña el hígado, el que ni remotamente apareció en la prueba inicial.  Además, casi siempre, una agresión al cuerpo desencadena o acelera que los órganos que se tenían como probables se enfermen en un plazo mucho más corto.  Por lo tanto, no depende de nosotros asegurarles que sólo una o dos veces necesitarán un “cambio de equipo”.  Más bien dependerá de su estilo de vida, de lo bien o mal que cuiden todo su organismo, incluyendo el emocional. 

 Después de la llamada que recibió desde la central, Fonseca se dirigió al complejo Esmeralda, situado a 250 Km. de la ciudad.    En pleno desierto y oculto a ojos indiscretos estaba la “colmena” como solían llamar al lugar donde se criaban los “moloks”, cien metros bajo la superficie.

Aníbal llegó 10 minutos antes de las 9 a.m. para la junta mensual de directores.  Después de la identificación ocular en la puerta de entrada, se encaminó a los elevadores para bajar a la sala de juntas, donde se hallaban otros once miembros del Consejo Directivo    A la hora fijada arribó el Director General,  Hans Kyer, un hombre alto, delgado, casi sin cabello y como todos los demás, vestido en impecable traje esmeralda. El seño fruncido acentuaba sus ojos de halcón y denotaban profunda consternación.  En cuanto se sentó tomó la palabra.

Señores, buenos días.  Iré directo al asunto más importante de hoy.   Dos moloks escaparon el día de ayer.  -  Los directivos externos al complejo se voltearon a ver incrédulos.   – Parece ser que la 5ª. Generación empieza a tener cambios importantes.  Sospechamos, y estamos trabajando en ello, que se ha producido un puente con los recuerdos de su ADN, saltando la programación que se les dio desde que eran embriones.  Hay un tercero que nos dijo que estos dos sujetos andaban haciendo muchas preguntas,  como   ¿Qué hacían aquí? ¿Qué futuro les esperaba?  ¿Qué, si de veras no habría vida afuera? -  Se calló mirando a los demás.

El director de Genética, Mauro Dez, tomó la palabra.  – Son sólo dos casos, Sr. Kyer, entre los  mil que tenemos de la quinta.  Se está evaluando al resto de esa generación para saber si hubo algo en el procedimiento que pudiera dar en el futuro, los mismos resultados en los otros. 

-  Pero, cómo es posible que escaparan, si las medidas de seguridad son intachables.  Aquí no entra ni sale nada sin identificarse. -  Interrumpió Aníbal con firmeza.

-  Pues… entró una libélula.  -  Ante el asombro de muchos, se contuvo un momento el director de Seguridad .  – Y parece que ella resucitó recuerdos en M504,  quien la encontró.  No tenemos idea de lo que hacía ese bicho en pleno desierto.  Pero, debe haberse colado por los ductos de ventilación, en algún momento de poca actividad.  Y fue por ahí por donde escaparon los moloks.

-  ¿Son del mismo sexo? -  Preguntó el director Financiero, quien vivía en la ciudad, por lo que la noticia lo tomó por sorpresa.

-  No, tenemos antecedentes  de que M504 tenía simpatía o predilección por la B405.  Los teníamos muy vigilados,  para impedir cualquier contacto y evitar el despertar de la líbido, como ustedes  saben. -  Contestó el director de Relaciones, un hombre bajo, regordete, con encendida cara mofletuda.   – Son dos jóvenes desarrollados, fuertes, atléticos, pero… la verdad, no creo que puedan cruzar el desierto y llegar a la ciudad.

-  Además, ya hay patrullas buscándolos. -  Intervino el de Seguridad.  – A menos que se metan bajo las piedras, los encontraremos.  Se lo prometo, Sr. Kyer.

-  Bien sé que se está haciendo todo lo posible.  Y que esta situación no es culpa de nadie.  Es algo que no se había presentado nunca y que vamos a resolver entre todos.  Les pido su mayor esfuerzo para solucionar este incidente, lo antes posible. -  La voz mesurada del jefazo, melosa y modulada, siempre había prevalecido y subyugado a sus colaboradores a darle hasta la última gota de sangre.

-  ¿No sería oportuno avisar a los respectivos “padrinos”?. -  Preguntó con voz susurrante el hombrecito de Relaciones, quien apenas sacaba la cabeza de la mesa.

-  No, Goofy, es demasiado pronto, si no llegan a la ciudad para que alarmarlos.  Además la dueña de B405 está programada para un trasplante en tres semanas.  Si no encontramos a su molok no contamos con el tiempo para criar otra.  ¡Tenemos que encontrarla, señores!  -  Concluyó el Director General y todos salieron.

 Los moloks habían estado discutiendo largamente sobre la conveniencia de arriesgarse o seguir viviendo en un entorno todo-resuelto, sin retos y sin metas.  Ella accedió en acompañarlo, ya que entre ellos había nacido un afecto que les habían obligado a reprimir.  Así el día del escape soltaron la libélula cerca de los ductos de ventilación y la siguieron.  El insecto equivocó el camino en una ocasión y en otras titubeó, pero finalmente llegaron a la superficie, que estaba bastante lejos de la entrada principal al complejo.  Todo lo que vieron era una superficie plana y polvosa, por todos lados.  Estaba amaneciendo y el sol empezaba a clarear el cielo.
 - ¿Y ahora… para dónde corremos?  - preguntó ella.

      Continuará    < < < < < - - - - -  > > > > >    2008

No hay comentarios:

Publicar un comentario